miércoles, 16 de junio de 2010

Comunicación

La sensibilidad de la madre o su sustituta a los mensajes del bebé, influirá en la irritabilidad de éste (se mostrará más o menos llorón) y en su predisposición a iniciarse en la comunicación.


En este 1er año, se van a ir organizando los distintos ritmos de sueño-vigilia-alimentación; será conveniente observar esos ritmos, para poder respetar al máximo la demanda del bebé.



Van a ir apareciendo toda una serie de estadios o fases que supondrán un avance, tanto cualitativo como cuantitativo en el desarrollo infantil; y cada fase no desaparecerá frente a la siguiente, sino que se prolongará en ella, se interrelacionará complejizando dicha evolución.



En el 1er nivel o estadio reflejo (de 0-3 meses) ya no habrá una total dependencia biológica como en la vida fetal, en el sentido de que sus necesidades ya no serán satisfechas de forma automática (habrá mayor o menor demora, con la consiguiente sensación de privación o "sufrimiento" ante la espera).

Este 1er año constituye una etapa básica para educar y disfrutar del cuerpo; se trata de la llamada "etapa del suelo" en la que, sobre todo a partir de los 4 meses, será el movimiento, el desplazamiento en el espacio, el que le va a hacer avanzar en su desarrollo. Favoreceremos su movilidad colocándolo acostado sobre una superficie amplia y ligeramente acolchada, que le permita ejercitar y descubrir las posibilidades de su cuerpo.

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