viernes, 18 de junio de 2010

Etapa 0 a 1año


La primera relación que el bebé desarrolla con su entorno es la relacionada con la función oral-alimenticia . Esta función es la primera fuente de satisfacción, así como la primera vía de descarga de las tensiones internas del niño.

La succión y el morder van a ser sus dos actividades más importantes como forma de exploración del mundo que le rodea.

En este primer año destacan las funciones biológicas de autoconservación.


En lo que respecta a la alimentación del bebé, la madre podrá optar por la lactancia natural o la artificial. Es, sin duda, el alimentar al niño con afecto y receptividad a sus necesidades lo que favorecerá su normal desarrollo psicológico. Durante la mayor parte del primer año, el lactante no puede distinguir claramente si el biberón forma parte o no del cuerpo materno.
De ahí, que la lactancia artificial no pueda ser causa de alteraciones en las relaciones madre-hijo.

El único peligro estará (sin entrar en el aspecto nutricional, de inmunización,..tan importante de la lactancia materna) en que la madre no desarrolle la empatía y relación adecuada con el niño, algo mucho más potenciado con la lactancia materna y que, por supuesto, recomendamos si es posible la elección.

Con la lactancia se completará el ciclo de la maternidad.

Al margen de todo ello, uno de los factores más importantes para que el momento del alimento sea "exitoso" es la receptividad y el interés de la madre en dicho acto.

Me gustaría que me dejarás un comentario sobre este artículo que acabas de leer y también cuéntame un poco y dígame cual es su principal frustración, a la hora de educar a sus hijos, personalmente estaré contestando sus preguntas y comentarios.

Gracias,
Esteban

jueves, 17 de junio de 2010

Duermete niño


Etapa 7 a 8 años


El niño de 7 años se muestra más tranquilo que en el año anterior, se mueve menos. Controla más su comportamiento.
Muchos de los hábitos los realiza ya sólo: lavarse, vestirse,... pero aún precisa ayuda para hacer correctamente otros como bañarse,...

Conoce las distintas partes de su cuerpo y de sus articulaciones (codos, rodillas, cadera,...).
Distingue con claridad el lado derecho y el izquierdo, tanto sobre sí mismo como en relación a otros.
Si no es así, se verán complicados los demás aprendizajes escolares, tal y como hemos indicado en anteriores edades.

A nivel de inteligencia, hay un importante cambio: alcanza las llamadas "operaciones concretas". Ello significa que se pasa a la reflexión y la comprensión lógica de las cosas; empieza a poder ponerse en el punto de vista del otro.
Disminuye, en contrapartida, el pensamiento mágico.

El niño de esta edad sabe clasificar y hacer series, así como establecer correlaciones entre 2 o más series de objetos.
Se desarrolla más la conciencia de sí mismo y la de la conciencia moral. Se siente más responsable de sus acciones y de sus cosas.
Participa en el juego de los compañeros de su edad, respetando las reglas establecidas. Este espíritu de participación y cooperación se hará notar también en al familia; será un buen momento para favorecer y fomentar sus iniciativas.

Domina mejor sus emociones delante de los demás, así como sus miedos.
Muestra más pudor en mostrar su cuerpo; no le gusta desvestirse delante de otras personas. Asimismo expresa gran interés por todo lo relacionado con el cuerpo (embarazo, nacimiento, cambios,...).
A esta edad, el niño debe haber aceptado el sexo al que pertenece, identificándose con el progenitor de su mismo sexo. Normalmente, esto ya se produce en torno a los 4-5 años.
Se propiciará realizar actividades conjuntas que les haga tener cierta complicidad.
Ante todo, para contribuir a su progresiva madurez, se fomentará el deseo de hacerse adulto y de reafirmarse como persona.

Etapa 6 a 7 años



Hay cambios bruscos. Es una edad algo difícil.
Se muestra hipersensible, susceptible e irritable. Habrá que cuidar mucho las reacciones ante sus acciones o sus errores.

Se espera más de él. Las exigencias sobre él son mayores.
Se producen cambios en el organismo: caen los dientes de leche y empiezan a salir los primeros molares definitivos. Todo el organismo se hace hipersensible: son frecuentes las molestias físicas de anginas, pies y piernas, fatiga,... se le darán los cuidados que precise, pero sin demasiadas contemplaciones, pues se favorecería la fragilidad.


El ejercicio y una buena alimentación le ayudarán.
Se observan bruscos cambios de humor que le hacen rechazarlo todo y no querer nada, seguido de arrepentimientos y acercamiento social.


Hay nuevos progresos motrices: en su juego hay un gran derroche físico. Se distrae fácilmente: su impulsividad le hace no percibir los peligros.
El niño de esta edad continúa sometido a lo que percibe de forma inmediata, y esa percepción aún no es capaz de corregirla mediante el razonamiento lógico (de la misma forma que lo viene haciendo en los tres últimos años).


El niño de esta edad iniciará su etapa en la escuela, muy distinta a la que era en preescolar: ahora se enfrentará a más exigencias,... Se le intentará facilitar esta adaptación: se le preparará hablando con él sobre lo que le espera (dónde irá, con quién, qué hará,...).

El principal objetivo del curso será el aprendizaje de la lecto-escritura. Si el niño está maduro para ello, en poco tiempo aprenderá. para ello deberán darse una serie de condiciones:
- un dominio suficiente del lenguaje hablado (que distinga sonidos, palabras,...)
- que su inteligencia se encuentre ya en el nivel analítico, es decir, que sea capaz de aislar y diferenciar formas, componer y descomponer grupos de letras,...
- una buena lateralización
- buena organización del espacio y del tiempo
- una visión y audición dentro de la normalidad
- buena psicomotricidad

Es importante no forzar al niño a iniciarse en la lectura, por el hecho de tener 6 años.
Tendrán que revisarse las condiciones mencionadas, y trabajar la o las que falten, para que más adelante pueda darse dicho aprendizaje sin problemas.
Forzar al niño y dramatizar su fracaso en la lectura, sólo provocaría en él un rechazo total hacia todo lo relacionado con la lectura, y por extensión a otras asignaturas, viéndose así afectado su éxito escolar.

El cálculo será el otro aprendizaje importante del curso: clasificar, ordenar, aprender las series de números,... Para ello, se requerirán las mismas condiciones que para la lectoescritura.

Con frecuencia a esta edad se da una nueva fase de "por qué".

Sabe conversar con fluidez.
Muestra interés por los cuentos clásicos, y por la naturaleza, los animales, las plantas,...
Conoce algunos de estos cuentos de memoria y es capaz de contarlos.

Etapa 5 a 6 años


Esta es una edad fácil, más conformista. Los conocimientos adquiridos hasta ahora se organizan y solidifican.
Su motricidad es ahora más tranquila, lo cual le permite también disfrutar en espacios reducidos (el año anterior aún necesitaba espacios grandes). Su motricidad sigue perfeccionándose.

El niño expresará en sus dibujos lo que se conoce como "realismo intelectual", es decir, lo que dibuja no es la realidad (objetivamente hablando), sino los objetos tal y como son para él (lo que él sabe de ese objeto).
Así observaremos transparencias entre un objeto y otro, desproporciones, falta de planos,...
El niño expresará con sus dibujos lo que no puede expresar de otro modo.

En el juego, se observan diferentes intereses según se trate de niños o niñas.
Aparecen los amigos inseparables de su mismo sexo.
Importante en esta edad, es que la lateralidad o predominio del lado derecho o izquierdo (de mano, ojo y pie), suele estar bastante definida. Utilizará más y será más hábil con su mano dominante, sea una u otra.

Este proceso se va completando hasta los 6 años, pero ya se ha de ir definiendo, pues ha de estar claro antes de que se produzca el aprendizaje de la lectoescritura.
Una lateralidad poco clara complicará los aprendizajes y repercutirá en otras áreas de su vida.
En estos casos, se le debe ayudar a lateralizarse, descubriendo cuál es su lado dominante.

Todavía no reconoce la derecha e izquierda en el cuerpo del otro.
Si se detectan defectos de pronunciación en el lenguaje será conveniente consultar a un especialista infantil.
Le gustan mucho los cuentos, pues aunque aún no sabe leer pasa largos ratos mirando los dibujos.


Le gusta terminar lo que ha empezado, tanto en el juego como en la conversación.
Le molesta dejar algo a medias.

Se encuentra en una actitud muy receptiva, en la que el mundo externo es muy importante.

Los niños de esta edad son muy diferentes los unos de los otros.

Etapa 4 a 5 años


A esta edad sigue disfrutando con las actividades físicas (trepar, columpiarse, deslizarse,...); aunque su juego es todo movimiento, combinará éste con actividades más tranquilas.

Dedica más tiempo continuado a una sola tarea.
Muestra mayor autonomía, tanto a nivel motriz como afectivo.
Va perfeccionando su habilidad manual.

En su juego se refleja mucho la gran imaginación que tiene llegando a confundir lo real con lo irreal. Los temores que puede llegar a sentir de forma más acusada suelen ser producto de su imaginación. Demuestra sus miedos; son miedos específicos: a la oscuridad, a los animales,...
Se refleja claramente en su juego lo que llamamos "juego simbólico", que es aquel en el que el niño asigna a cada objeto o juguete de su actividad un papel o rol; a través de este juego, el niño expresará sus conflictos internos, sus deseos y miedos...Observar este tipo de juego puede ser de gran ayuda para conocer cómo vive el niño lo que ocurre a su alrededor.

Por lo general, le cuesta compartir sus juguetes con otros niños o necesita llevarlos consigo adonde vaya.

Son muy sociables; aun cuando realicen una actividad individual junto a otro niño, suele ir conversando con aquel.
Son muy habladores y preguntones (los famosos e inacabables "por qué" ), que ya se inician en el año anterior.
Lenguaje y memoria se desarrollan mucho a esta edad.

En el lenguaje apenas comete errores; se acerca casi totalmente al lenguaje adulto. Si se detectan sería signo de alarma y motivo de consulta con el especialista infantil.
No debe abandonarse la evolución del trastorno al azar; es conveniente reeducar el lenguaje del niño antes de que se inicie en el aprendizaje de la lecto-escritura, pues se agravaría su problema.

En cuanto a la memoria, no olvidemos que retendrá siempre con más facilidad aquello que sea de su interés y ahora lo hará claramente.
Hay una gran necesidad de afirmarse como persona: ahora es capaz de imitar a los adultos en muchas cosas. La identificación con éstos va a ser fundamental en su evolución.

Generalmente, se identificará con el progenitor del mismo sexo, lo cual ayudará a niño a aceptar su propio sexo. Si faltase dicho progenitor debería fomentarse la identificación con otro adulto del mismo sexo que el niño. Otras identificaciones complementarias (con hermanos, abuelos, maestros,...) contribuirán a acabar de perfilar las características del niño/a; estas últimas explicarían la diversidad de caracteres entre hermanos.

Alrededor de los 4 años, descubrirá de forma natural la diferencia anatómica entre los diferentes sexos, y será uno de los intereses presentes. Intentará verificar cada vez que le sea posible esas diferencias, tanto con otros niños como con sus padres. Será algo natural el hacerlo.
En el dibujo de la figura humana, es capaz de representar aquellas partes del cuerpo que conoce bien; a medida que vaya conociendo más, irá completando su dibujo.

Etapa 3 a 4 años



Esta etapa es un punto culminante en el desarrollo del niño.

Es un momento crucial: se produce la toma de "conciencia de sí mismo"; esto puede reconocerse en el uso que hace de los pronombres personales.


Al final del 3er año, el niño empezará a hablar de sí mismo en primera persona y no en tercera.

En esta edad hay una reestructuración global de todas las funciones psíquicas

Normalmente, a esta edad suele haber terminado la etapa del "no" o del negativismo. Ello hará que esta edad sea más fácil de tratar.



Su lenguaje va perfeccionándose, sobre todo a nivel de construcción: utilizará artículos, preposiciones, conjunciones,...

Va apareciendo el juego con otros niños, aunque le sigue gustando el juego en paralelo, así como el solitario.Aunque le sigue gustando cambiar a menudo de juego, dedicará cada vez más tiempo a la misma actividad.

Muestra grandes dosis de imaginación en su juego.
Creerá todo lo que le digamos.

No hay que aprovecharse de ello para chantajearle o amedrentarle con la aparición de personajes malos con el objetivo de conseguir nuestros fines o de hacerle desistir de los suyos.
La línea de la "normalidad" de esa imaginación vendrá marcada por el hecho de si el niño sabe o no que está jugando.

Hay mejor y mayor coordinación en sus movimientos: sube y baja escaleras alternando los pies, abrocha y desabrocha sus botones.


A esta edad, suelen aparecer los miedos con mayor intensidad que a los 2 o a los 4 años.
Ahora, podrá incluso expresarlos verbalmente.


Se produce un importante cambio: el niño es ahora capaz de representar en su pensamiento la acción que va a realizar (antes de realizarla), así como expresar mediante el lenguaje hechos pasados.


Planteará, incansablemente, preguntas (los conocidos "por qué") a las que habrá que intentar responder. Intentaremos ampliar al máximo la respuesta, contribuyendo así a desarrollar el lenguaje y su inteligencia.

A esta edad se inicia el curso escolar. La actitud que adopten los padres ante esta nueva situación marcará la actitud del niño. Hay que intentar no sobreprotegerle, pues con ello no favoreceríamos su autonomía; al contrario, le perjudicaríamos acentuando más su inseguridad.

Es importante no retrasarse a la hora de recogerle, pues el mayor de los temores del niño es el del abandono.
Si cuenta con la presencia de un hermano mayor, todo será más fácil, pues en él habrá un fuerte deseo de imitarle en todo; también en esto.



Pero no para todos los niños es fácil el inicio escolar; para algunos supone un auténtico trauma que habrá que ayudar a superar. El niño podrá manifestar dicho rechazo mostrándose más agresivo, comportándose como si volviese a ser más pequeño de lo que en realidad es, pesadillas,..

miércoles, 16 de junio de 2010

Etapa 2 a 3 años


El control de su postura le permite ponerse de puntillas, intentar mantenerse sobre un pie, apilar en equilibrio más cubos que antes,...El movimiento es para él una necesidad, así como una fuente de placer.

Una nueva adquisición señalará un importante avance en la autonomía del niño, como resultado de su madurez. Se va a ir produciendo el control, diurno sobre todo, de los esfínteres y, alrededor de los 2 años y medio también nocturno.

Esta adquisición será aún frágil; cualquier cambio en el entorno del niño puede hacerle retroceder.
En ese caso, se hará necesario ser muy comprensivo con él, no dramatizar más de la cuenta. En breve, volverá a recuperar dicho control.

Para que el niño vaya avanzando en su autonomía, habrá que asegurar que su curiosidad natural no se vea frenada, siempre y cuando no se ponga en peligro su seguridad ni la de los demás.


Será esta curiosidad la que le impulsará a seguir aprendiendo.
En la medida de lo posible, no se dejará a su alcance objetos susceptibles de prohibírsele, por peligrosos o frágiles; si ello ocurre, será más conveniente distraer su interés hacia otro objeto antes que la prohibición.

El niño entra ahora en la llamada "fase del negativismo" o de oposición, en la que la actitud predominante va a ser de protesta o negación ante lo que se le dice o se pretende que haga.


Tanto puede aparecer de forma gradual, como bruscamente, transformando al niño de un día para otro.
La cuestión más insignificante puede convertirse en el mayor de los conflictos; será difícil saber por dónde va a salir su oposición. Su afán por demostrar su independencia, le hará a veces hacer sólo cosas prohibidas.

El conocer la existencia de esta "crisis de los 3 años" hará su obstinación más llevadera y comprensible, y se podrá ser más tolerante; por lo menos debería de ser así.
Un enfrentamiento rígido y abierto a su oposición hará más difíciles las cosas y no le ayudará a superar esta fase; todos conocemos personas mayores que parecen estar aún en esta fase.

Se favorecerá al máximo su autonomía.
Si entra en rabietas (pues pretenderá la satisfacción inmediata de sus deseos) , habrá que intentar mantener la calma, sin intentar razonarle , ni por supuesto pegarle, y dejar pasar el momento crítico sin ceder en el motivo que la ha generado (punto fundamental si no nos queremos ver metidos en un círculo desagradable).


Suelen ir dirigidas contra los padres; raras veces lo hará contra otros adultos ni contra niños de su edad. La crisis de los tres años es pasajera, pero no así los avances en autonomía y y afirmación de sí mismo del niño, que supondrán algo muy importante en su desarrollo.


El niño de esta edad, generalmente, juega solo o junto a otro niño, en paralelo. No sabe aún compartir sus juegos ni sus juguetes con otros niños.
Durante el mismo, cambiará con frecuencia de una actividad a otra, aunque predominarán las llamadas "actividades motoras importantes" (correr, trepar, arrastrar,...)


En esta "edad mágica", el niño creerá todo lo que se dice. De ahí, que no debamos abusar de su credulidad: jamás le amenazaremos con la presencia de personajes malvados, ni con nuestro abandono o pérdida de nuestro afecto. El niño teme ser realmente abandonado. No debe utilizarse el miedo, para hacerle desistir de aquellas conductas "no convenientes".


En este período, existe entre los niños gran desigualdad respecto al lenguaje; la estimulación del medio marcará la diferencia, así como el nivel de inteligencia y de afectividad del niño.

A esta edad, el vocabulario aumenta considerablemente: se pasa de las 150 palabras (de los 2 años) a unas 1500 (a los 3 años), aproximadamente..

Podemos contribuir a enriquecer su lenguaje, hablándole, describiéndole las cosas que ve, lo que hace o ve hacer,...siempre pronunciando con claridad, respondiendo a sus preguntas (ésta es una edad preguntona).

Es importante procurar no anticiparse a sus deseos antes de que los exprese verbalmente: ello le llevará a ejercitarlo más.


El niño empezará a conocerse a sí mismo al final del 2º año; primero exteriormente, y luego interiormente.
A los 2 años reconocerá a otras personas.

No debe olvidarse que los padres son los modelos a seguir por lo que hacen más que por lo que dicen.

Asimismo, es conveniente favorecer el acercamiento del padre del mismo sexo al niño, para ir favoreciendo su identidad.